Fisiopatología Vascular: Afecciones y Obstrucciones del Sistema Circulatorio

La fisiopatología vascular abarca un amplio espectro de condiciones que afectan los vasos sanguíneos, comprometiendo su estructura y función. Estas patologías pueden clasificarse principalmente en aquellas que alteran la integridad del vaso y aquellas que provocan su obstrucción.

Afecciones de los Vasos Sanguíneos

Aneurismas

Un aneurisma es una dilatación patológica de un segmento de un vaso sanguíneo, generalmente arterial y con mayor frecuencia a nivel de la aorta. Son más comunes en varones mayores de 60 años, fumadores, hipertensos y con aterosclerosis.

La mayoría de los aneurismas son asintomáticos; sin embargo, si alcanzan un tamaño considerable, pueden generar síntomas por compresión de órganos adyacentes, como dolor torácico, tos, ronquera o disfagia.

El tratamiento es quirúrgico, a menos que el aneurisma no sea de gran tamaño, en cuyo caso bastará con el control de la hipertensión y una vigilancia periódica cada seis meses.

Varices

Las varices son dilataciones venosas que generalmente se producen en las extremidades inferiores. Afectan al 10-15% de la población y su prevalencia aumenta con la edad. Se originan por la alteración de las válvulas semilunares, las cuales son esenciales para dificultar el retorno venoso. La sangre se acumula en las venas, provocando su dilatación y volviéndolas tortuosas.

Los factores de riesgo que favorecen las varices incluyen la obesidad, el sedentarismo, el uso de anticonceptivos orales, el tabaquismo, la hipertensión y la hipercolesterolemia, entre otros.

Traumatismos Vasculares

Los traumatismos vasculares son lesiones producidas por agentes físicos o mecánicos que afectan a la red vascular. Pueden afectar desde pequeños capilares hasta grandes vasos. Un traumatismo puede provocar infección e inflamación, lo cual puede tener consecuencias vitales para la persona.

Obstrucción de los Vasos Sanguíneos

La presencia de partículas en el interior de los vasos puede obstruir la luz de forma parcial o total, comprometiendo el flujo sanguíneo.

Aterosclerosis

La aterosclerosis es el depósito de placas de ateroma en la pared interna de los vasos sanguíneos. Estas placas están compuestas por grasas, colesterol, calcio y otras sustancias que se acumulan progresivamente. Con el tiempo, la placa se endurece y estrecha la luz del vaso, limitando así el flujo sanguíneo.

Puede afectar a cualquier vaso y, según su localización, manifestará diferentes síntomas. El problema radica en que es una enfermedad silente, que no se manifiesta hasta que surge una complicación. Además de reducir el flujo, otro riesgo de la placa de ateroma es que una parte de ella se desprenda y viaje por el torrente sanguíneo hasta un vaso de pequeño calibre, donde bloqueará su luz.

Trombosis

La trombosis es la formación de un coágulo anormal (trombo) dentro de un vaso sanguíneo. Las causas que la producen pueden ser:

  • Aterosclerosis
  • Rotura de un vaso por traumatismo
  • Alteraciones de la coagulación
  • Cambios en la composición de la sangre
  • Alteraciones vasculares que generan remolinos
  • Lesiones en el endotelio de los vasos

Según el grado de oclusión, los trombos pueden ser:

  • Ocluyente: Cierra por completo la luz del vaso.
  • Murales: La obstrucción es solo parcial.

Son condiciones graves, ya que el tejido posterior a la obstrucción no recibe irrigación, lo que puede provocar parálisis muscular, insuficiencia orgánica, entre otras complicaciones. Cuando se sospecha la formación de trombos, se administran anticoagulantes como medida preventiva. El tratamiento incluye medicamentos que impiden la agregación plaquetaria y la coagulación.

Embolias

La embolia es la oclusión parcial o total de un vaso sanguíneo debido a una partícula extraña circulante (émbolo) que llega a un vaso de pequeño calibre y queda encajada en él.

Según la naturaleza del émbolo, se distinguen los siguientes tipos:

  • Tromboembolismo: Es una parte de un trombo que se desprende y causa la embolia. Es el tipo más frecuente.
  • Grasa: Gotas de grasa que causan la obstrucción. Frecuente tras una fractura ósea.
  • Aire: Burbujas de aire. Se observa en buzos que ascienden rápidamente a la superficie, en heridas torácicas profundas o en cirugías de cuello y tórax.
  • Sépticas: Producidas por pus.
  • Tisular: Producido por restos de tejidos.
  • Cuerpos extraños: Materiales externos al organismo.
  • Líquido amniótico: Durante el embarazo o el parto.

El tratamiento del embolismo depende de su causa y suele incluir anticoagulantes, así como procedimientos como bypass, angioplastias o embolectomía.

Embolismo Pulmonar: Un Caso Especial

Un caso especial es el embolismo pulmonar, que ocurre cuando un émbolo, procedente de cualquier parte del cuerpo, llega al pulmón y provoca su oclusión. Las arterias no obstruidas suelen aportar suficiente sangre a la zona afectada por la embolia, lo que puede evitar la necrosis tisular. Sin embargo, si esto no es posible o la obstrucción afecta a un vaso principal, puede producirse un infarto pulmonar.

Si el coágulo es grande o la embolia es generalizada, puede ser mortal. La embolia pulmonar puede pasar desapercibida; si se presentan síntomas, estos incluyen disnea (falta de aire), dolor torácico o tos con hemoptisis (sangre).

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