Evolución de la Industria Ósea: De la Prehistoria a la Edad del Hierro

Orígenes de la Industria Ósea: Paleolítico Inferior y Medio

Hay que remontarse inicialmente al Paleolítico Inferior, donde ya se detectan indicios de industria ósea. Esta consiste en huesos fracturados creados mediante el método de la fragmentación con percusión directa (golpeando un hueso con una piedra). Normalmente, se trata de huesos fracturados de macrofauna (animales de gran tamaño como elefantes) que, tras la fracturación, recibían algún retoque. Según avanzamos en el Achelense, se fue incrementando la producción y complejidad de la industria ósea, encontrándonos con útiles más elaborados; no se buscan solo elementos punzantes, sino que existe una intencionalidad de producir distintas formas. También encontramos las primeras evidencias de intentos de decoración en estos instrumentos óseos.

En el Paleolítico Medio, aparecen por primera vez los punzones y retocadores con el Musteriense. La materia prima habitual son los huesos, no encontrando todavía mucho uso de otras materias duras como la concha o el asta de ciervo. Es importante destacar que la industria ósea y la lítica están muy relacionadas entre ellas, ya que una no puede existir sin la otra, siendo necesaria cada una para su fabricación. Siguiendo con el Paleolítico Medio, nos encontramos las primeras evidencias de arte sobre bloque de ocre, empezando a utilizar bases de conchas o arpones que no se habían utilizado hasta ese momento. Este hallazgo indica que estas sociedades diversificaron más su dieta; es decir, no se dedican solo a la caza y el carroñeo (propios del Paleolítico Inferior), sino que hay un componente muy importante en la dieta (sobre todo en zonas costeras) dedicado a la pesca. Además, aparecen algunas flautas hechas a base de hueso, dando indicios de la cultura musical en esta época.

El Periodo de Transición: Chatelperroniense

Durante el Chatelperroniense, nos encontramos con un periodo de transición con escasos elementos óseos, salvo en yacimientos puntuales. Sin embargo, se mantiene una gran complejidad de los útiles si los comparamos con el Paleolítico Inferior, como útiles apuntados y objetos de adorno (dientes perforados). Las técnicas principales serán:

  • Ranuras
  • Hendido
  • Tapizado posterior
  • Abrasión

Algunas piezas aparecen reparadas y reaprovechadas, lo que nos indica, a nivel arqueológico e histórico, que probablemente hubo una menor actividad de caza debido a la extinción paulatina de la macrofauna (crisis de materia prima). Por último, la materia prima principal sigue siendo el hueso.

El Salto Tecnológico del Paleolítico Superior

En el Paleolítico Superior, se produce un verdadero salto, especialmente técnico, en la industria ósea. Aparecen muchísimas más piezas y funcionalidades diversas para diferentes tareas; es decir, cada pieza tiene una función específica, mientras que anteriormente una pieza se utilizaba para muchas actividades diferentes. Además, existe una conciencia clara para crear todas estas piezas.

El Auriñaciense y la Estandarización

Durante el Auriñaciense, se observa por primera vez un verdadero conocimiento y aprovechamiento de todos los tipos de materia prima y de sus cualidades físicas. Son habituales en esta época:

  • Punzones: Más pequeños que en épocas anteriores, fabricados sobre hueso con una zona distal apuntada y una zona proximal destinada a la presión. Eran empleados para perforar materias blandas o separar fibras vegetales para la cestería.
  • Piezas biseladas: De asta, con zona distal en forma de bisel unifacial o bifacial. Se empleaban como cuñas y cinceles para el trabajo de corteza, madera, pieles o asta.
  • Alisadores: Mayoritariamente hechos de costilla, empleados para ablandar materias como la piel, los compresores o materiales vegetales. Su uso perdurará hasta el Neolítico para el tratamiento de cerámicas.

Las Azagayas Auriñacienses

Las azagayas son objetos apuntados de asta (y en menor medida, marfil y hueso) usados como puntas de proyectil. Se dividen en:

  1. Auriñaciense antiguo: Base hendida con sección ovalada o aplanada.
  2. Auriñaciense evolucionado: Base masiva y sección aplanada.
  3. Posteriormente: Biapuntadas o fusiformes.

Innovaciones del Gravetiense y Solutrense

En el Gravetiense, continúa el uso de útiles auriñacienses pero con diferencias en el enmangue de las azagayas. Aparece la técnica de doble ranurado, que permite planificar la forma y dimensiones de la pieza. Un útil nuevo son las varillas plano-convexas sobre asta, que posiblemente se pegaban a otras para formar un útil similar a una azagaya, pudiendo incluir hojitas líticas en la unión.

En el Solutrense, destaca la continuidad de las técnicas de hendido y doble ranurado. Los útiles más habituales son:

  • Propulsor: Fabricado habitualmente en asta por su flexibilidad, permitiendo un mayor alcance del proyectil.
  • Aguja: De hueso, marfil o asta, con zona distal apuntada y proximal perforada para la costura.

El Apogeo del Magdaleniense

El Magdaleniense representa la época de mayor esplendor. El arte mueble y los objetos de adorno crecen exponencialmente, sobresaliendo las representaciones realistas. Se observa un aumento de la complejidad en:

  • Arpones: Elaborados en asta de ciervo o reno mediante doble ranurado, con dientes de retención para la pesca o caza terrestre.
  • Bastón perforado: Con mayor riqueza decorativa que en periodos anteriores, utilizado para el trenzado de cuerdas o para enderezar azagayas.
  • Contornos recortados: Elementos de adorno con perfiles elaborados sobre huesos planos o placas de marfil.

Transición al Holoceno: Epipaleolítico y Mesolítico

Este es un momento de cambios climáticos que ampliaron las zonas arbóreas. La adaptación se dio de tres modos:

  1. Epipaleolítico: Mantenimiento de la tradición paleolítica (nómadas).
  2. Mesolítico: Fase inicial paleolítica con evolución posterior hacia modos relacionados con el Neolítico.
  3. Subneolítico: Culturas en zonas de influencia neolítica que terminan aculturándose.

La industria ósea en este periodo es más abundante en el Próximo Oriente, mientras que en el Mediterráneo peninsular se resume a objetos utilitarios como azagayas o punzones.

La Revolución del Neolítico

Con la sedentarización, la agricultura y la ganadería, la industria ósea se adapta. Se mantienen formas como agujas, punzones y alisadores, pero aparecen nuevos útiles vinculados a la vida productiva:

  • Cucharas y batidores de manteca.
  • Tubos sobre huesos de aves.
  • Peines para decoración cerámica o cuidado personal.

Un cambio fundamental es el uso de especies domésticas (oveja, cabra, vaca). Los huesos de estos animales son detectables arqueológicamente porque su tamaño se reduce y se vuelven más pesados tras la domesticación.

La Edad de los Metales

Calcolítico (Edad del Cobre)

A pesar de la aparición del metal, la industria ósea sigue siendo vital. El cobre se destina inicialmente a objetos ornamentales de poder. Destacan:

  • Botones con perforación en “V”: Elaborados en hueso y marfil.
  • Ídolos Oculados e ídolos falange: Trabajados mediante abrasión sobre falanges de bóvidos para darles forma antropomorfa.
  • Picos de asta: Utilizados intensivamente en la minería para la extracción del cobre.

Edad del Bronce y del Hierro

En la Edad del Bronce, sobresalen los elementos de asta de ciervo. Aparecen novedades como mangos de puñales, leznas, cinceles y puntas de flecha con pedúnculo y aletas, semejantes a las líticas. Se mantienen los botones en «V» y aparecen las rouelles (posibles fusayolas).

Finalmente, en la Protohistoria (Edad del Hierro), se produce un claro descenso de la industria ósea debido a la superioridad técnica y resistencia del hierro. Su uso queda relegado principalmente a contextos funerarios, rituales o prácticas adivinatorias.

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