Sistema Urinario o Excretor: Fundamentos y Funciones Vitales
Las células tienen una serie de sustancias que constituyen desechos y deben eliminarse del organismo. Esta función es la excreción, y es llevada a cabo principalmente por el sistema urinario.
El sistema urinario no solo elimina sustancias de desecho, sino que también contribuye a mantener las concentraciones adecuadas de los componentes de la sangre, un proceso esencial para la homeostasis.
Órganos y Funciones del Sistema Urinario
El sistema urinario está constituido por los siguientes órganos principales:
- Riñones: Órganos encargados de filtrar la sangre y producir orina.
- Uréteres: Conductos que transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga.
- Vejiga: Órgano de almacenamiento temporal de la orina.
- Uretra: Conducto por el cual la orina es eliminada del cuerpo.
Los riñones producen orina. Desde cada riñón, la orina es conducida a través del uréter a la vejiga, donde se almacena hasta ser eliminada por la uretra.
Los riñones actúan como un filtro altamente eficiente, ya que filtran la sangre que llega. Cada riñón es un conjunto de millones de ‘pequeños coladores’, denominados nefronas.
Cada nefrona tiene un túbulo que en un extremo es una copa (la cápsula de Bowman) en cuyo interior se encuentra una red de capilares (el glomérulo). El extremo opuesto se conecta con otros túbulos de mayor diámetro que desembocan en el uréter.
Otros Órganos Excretores Complementarios
Glándulas Sudoríparas
Su función es regular la temperatura corporal. El sudor contiene las mismas sustancias que la orina, pero en menor concentración.
Hígado
El hígado elimina los pigmentos biliares, fármacos y sustancias tóxicas, que se excretan con la bilis. Estas sustancias se eliminan posteriormente por la materia fecal.
Osmorregulación y Balance Hídrico
Los riñones regulan el volumen de agua en el organismo y la cantidad de sales, es decir, participan en la osmorregulación, el balance hídrico o la homeostasis hidrosalina.
A medida que el agua recorre los túbulos colectores de la nefrona, es reabsorbida hacia los capilares sanguíneos por ósmosis. El control de este transporte está regulado por un mecanismo en el que participa una hormona clave llamada hormona antidiurética (ADH).
Anatomía del Riñón
Los riñones están constituidos por una cubierta externa, la corteza renal, y una zona central más oscura, repleta de vasos sanguíneos, la médula renal. En la zona interior se halla la cavidad colectora de la orina o pelvis renal.
En la corteza de cada riñón hay más de un millón de nefronas, que son las unidades funcionales del mismo.
Una nefrona está constituida por un corpúsculo renal y un túbulo renal.
El corpúsculo renal es una estructura redonda y hueca, la cápsula de Bowman, que rodea el glomérulo.
Proceso de Formación de la Orina
La formación de orina comprende tres etapas principales:
Filtración Glomerular
La sangre penetra en el glomérulo, y el plasma se filtra a través de las paredes de los capilares. El filtrado glomerular está formado por agua, glucosa, aminoácidos, sales y urea; pero carece de células y proteínas. El volumen total de sangre que pasa a través de los riñones es de unos 1200 ml por minuto.
Reabsorción Tubular
El líquido filtrado pasa por el túbulo contorneado proximal, donde se reabsorben y recuperan la glucosa, aminoácidos, vitaminas y otros nutrientes que regresan a la sangre. La reabsorción continúa a lo largo de los túbulos renales. Como resultado, se forma aproximadamente 1,5 L de orina por día.
Secreción Tubular
A lo largo de los capilares peritubulares, se produce una secreción hacia los túbulos renales, eliminando el exceso de sustancias químicas y desechos. Este proceso de secreción libera al cuerpo de materiales no deseados y controla el pH sanguíneo.
La reabsorción y la secreción ocurren por transporte activo, por lo que el riñón utiliza mucha energía. La capacidad de excretar orina concentrada se debe a la permeabilidad diferencial al agua, sales y urea que tienen las paredes de la nefrona.
La porción inferior del conducto colector es permeable a la urea, desde donde la reabsorben los capilares peritubulares. El asa de Henle y el conducto colector mantienen un gradiente osmótico en el líquido intersticial.
Las paredes de la rama descendente del asa de Henle son permeables al agua, que pasa por ósmosis, mientras que solo pequeñas cantidades de sal se difunden fuera del túbulo.
La rama ascendente del asa de Henle es impermeable al agua, pero muy permeable a los iones de sodio (Na+) y cloruro (Cl-), lo que permite su reabsorción activa. Los iones Cl-, Na+ y las moléculas de urea están muy concentradas en el líquido intersticial.
El líquido que discurre por el asa de Henle se vuelve hipotónico respecto al plasma, y sigue siendo hipotónico durante su paso por el túbulo contorneado distal.
El líquido de las nefronas penetra en el túbulo colector, pasando por la zona de alta concentración de solutos. El líquido pasa a través del riñón, pudiendo resultar en orina diluida o, si se reabsorbe agua, en orina concentrada que es devuelta al torrente sanguíneo.
Regulación de la Concentración de Orina
El organismo controla la concentración de orina mediante las hormonas que regulan la función renal.
El agua se mueve por ósmosis dejando dentro del conducto una orina que es isotónica con el líquido intersticial circundante, pero hipertónica respecto a los líquidos corporales. El organismo es capaz de excretar orina más concentrada que el plasma del que procede.
Expulsión de la Orina (Micción)
La orina pasa de los túbulos colectores a la pelvis renal y al uréter, desde donde llega a la vejiga, gracias a las contracciones musculares. La vejiga recibe la orina a través de goteo continuo. Esta aumenta su tamaño para adaptarse al volumen de orina y, cuando se llena, envía señales nerviosas al cerebro que transmiten la necesidad de orinar. La expulsión está controlada por un esfínter interno, que rodea el cuello de la vejiga.
Otro esfínter, el esfínter externo, situado entre la vejiga y la uretra, se abre y deja fluir la orina. La pared de la vejiga se contrae, creando una presión que permite la salida de la orina. Los esfínteres permanecen cerrados para impedir que la orina refluya hacia los uréteres.
Los riñones son órganos eficaces; realizan su trabajo de forma adecuada, y con un solo riñón se puede vivir sin problemas.
Funcionamiento Simultáneo de los Sistemas en la Nutrición
Mientras la sangre circula por el cuerpo, intercambia sustancias en los diferentes órganos a los que llega. Así, al mismo tiempo se produce el intercambio de O2 y CO2 en los pulmones y se forma orina en los riñones. Mientras tanto, puede comenzar en el estómago la digestión de los alimentos ingeridos, a la vez que se absorben las sustancias de la digestión en el intestino delgado.
Importancia del Funcionamiento Integrado de los Sistemas
Las funciones de todos los sistemas incluyen procesos de intercambio de sustancias por difusión. Muchas estructuras del organismo presentan grandes superficies a través de las cuales se producen fenómenos de difusión, optimizando la eficiencia de estos intercambios vitales.
Consecuencias Celulares de la Contaminación por Monóxido de Carbono
El monóxido de carbono (CO) se une a la hemoglobina de los glóbulos rojos y tiende a hacerlo con enlaces estables, formando carboxihemoglobina. Si la cantidad de monóxido en el aire inspirado es elevada, la hemoglobina deja de transportar oxígeno a las células. Se interrumpe el proceso de respiración celular y esto puede determinar la muerte de la persona.
Consecuencias Celulares al Respirar a Grandes Alturas
Al respirar a grandes alturas, comienza a sentirse cansancio, pueden manifestarse mareos y vómitos. Esto permite comprender el cansancio que sienten los deportistas cuando se trasladan para competir en lugares a gran altura. Si la persona permanece unos días en el lugar, el organismo compensa la falta de O2 disponible en el aire, aumentando la producción de glóbulos rojos (proceso conocido como aclimatación).
Proceso de Formación de la Orina
La formación de orina comprende tres etapas principales:
Filtración Glomerular
La sangre penetra en el glomérulo, y el plasma se filtra a través de las paredes de los capilares. El filtrado glomerular está formado por agua, glucosa, aminoácidos, sales y urea; pero carece de células y proteínas. El volumen total de sangre que pasa a través de los riñones es de unos 1200 ml por minuto.
Reabsorción Tubular
El líquido filtrado pasa por el túbulo contorneado proximal, donde se reabsorben y recuperan la glucosa, aminoácidos, vitaminas y otros nutrientes que regresan a la sangre. La reabsorción continúa a lo largo de los túbulos renales. Como resultado, se forma aproximadamente 1,5 L de orina por día.
Secreción Tubular
A lo largo de los capilares peritubulares, se produce una secreción hacia los túbulos renales, eliminando el exceso de sustancias químicas y desechos. Este proceso de secreción libera al cuerpo de materiales no deseados y controla el pH sanguíneo.
La reabsorción y la secreción ocurren por transporte activo, por lo que el riñón utiliza mucha energía. La capacidad de excretar orina concentrada se debe a la permeabilidad diferencial al agua, sales y urea que tienen las paredes de la nefrona.
La porción inferior del conducto colector es permeable a la urea, desde donde la reabsorben los capilares peritubulares. El asa de Henle y el conducto colector mantienen un gradiente osmótico en el líquido intersticial.
Las paredes de la rama descendente del asa de Henle son permeables al agua, que pasa por ósmosis, mientras que solo pequeñas cantidades de sal se difunden fuera del túbulo.
La rama ascendente del asa de Henle es impermeable al agua, pero muy permeable a los iones de sodio (Na+) y cloruro (Cl-), lo que permite su reabsorción activa. Los iones Cl-, Na+ y las moléculas de urea están muy concentradas en el líquido intersticial.
El líquido que discurre por el asa de Henle se vuelve hipotónico respecto al plasma, y sigue siendo hipotónico durante su paso por el túbulo contorneado distal.
El líquido de las nefronas penetra en el túbulo colector, pasando por la zona de alta concentración de solutos. El líquido pasa a través del riñón, pudiendo resultar en orina diluida o, si se reabsorbe agua, en orina concentrada que es devuelta al torrente sanguíneo.
Regulación de la Concentración de Orina
El organismo controla la concentración de orina mediante las hormonas que regulan la función renal.
El agua se mueve por ósmosis dejando dentro del conducto una orina que es isotónica con el líquido intersticial circundante, pero hipertónica respecto a los líquidos corporales. El organismo es capaz de excretar orina más concentrada que el plasma del que procede.
Expulsión de la Orina (Micción)
La orina pasa de los túbulos colectores a la pelvis renal y al uréter, desde donde llega a la vejiga, gracias a las contracciones musculares. La vejiga recibe la orina a través de goteo continuo. Esta aumenta su tamaño para adaptarse al volumen de orina y, cuando se llena, envía señales nerviosas al cerebro que transmiten la necesidad de orinar. La expulsión está controlada por un esfínter interno, que rodea el cuello de la vejiga.
Otro esfínter, el esfínter externo, situado entre la vejiga y la uretra, se abre y deja fluir la orina. La pared de la vejiga se contrae, creando una presión que permite la salida de la orina. Los esfínteres permanecen cerrados para impedir que la orina refluya hacia los uréteres.
Los riñones son órganos eficaces; realizan su trabajo de forma adecuada, y con un solo riñón se puede vivir sin problemas.
Funcionamiento Simultáneo de los Sistemas en la Nutrición
Mientras la sangre circula por el cuerpo, intercambia sustancias en los diferentes órganos a los que llega. Así, al mismo tiempo se produce el intercambio de O2 y CO2 en los pulmones y se forma orina en los riñones. Mientras tanto, puede comenzar en el estómago la digestión de los alimentos ingeridos, a la vez que se absorben las sustancias de la digestión en el intestino delgado.
Importancia del Funcionamiento Integrado de los Sistemas
Las funciones de todos los sistemas incluyen procesos de intercambio de sustancias por difusión. Muchas estructuras del organismo presentan grandes superficies a través de las cuales se producen fenómenos de difusión, optimizando la eficiencia de estos intercambios vitales.
Consecuencias Celulares de la Contaminación por Monóxido de Carbono
El monóxido de carbono (CO) se une a la hemoglobina de los glóbulos rojos y tiende a hacerlo con enlaces estables, formando carboxihemoglobina. Si la cantidad de monóxido en el aire inspirado es elevada, la hemoglobina deja de transportar oxígeno a las células. Se interrumpe el proceso de respiración celular y esto puede determinar la muerte de la persona.
Consecuencias Celulares al Respirar a Grandes Alturas
Al respirar a grandes alturas, comienza a sentirse cansancio, pueden manifestarse mareos y vómitos. Esto permite comprender el cansancio que sienten los deportistas cuando se trasladan para competir en lugares a gran altura. Si la persona permanece unos días en el lugar, el organismo compensa la falta de O2 disponible en el aire, aumentando la producción de glóbulos rojos (proceso conocido como aclimatación).
Proceso de Formación de la Orina
La formación de orina comprende tres etapas principales:
Filtración Glomerular
La sangre penetra en el glomérulo, y el plasma se filtra a través de las paredes de los capilares. El filtrado glomerular está formado por agua, glucosa, aminoácidos, sales y urea; pero carece de células y proteínas. El volumen total de sangre que pasa a través de los riñones es de unos 1200 ml por minuto.
Reabsorción Tubular
El líquido filtrado pasa por el túbulo contorneado proximal, donde se reabsorben y recuperan la glucosa, aminoácidos, vitaminas y otros nutrientes que regresan a la sangre. La reabsorción continúa a lo largo de los túbulos renales. Como resultado, se forma aproximadamente 1,5 L de orina por día.
Secreción Tubular
A lo largo de los capilares peritubulares, se produce una secreción hacia los túbulos renales, eliminando el exceso de sustancias químicas y desechos. Este proceso de secreción libera al cuerpo de materiales no deseados y controla el pH sanguíneo.
La reabsorción y la secreción ocurren por transporte activo, por lo que el riñón utiliza mucha energía. La capacidad de excretar orina concentrada se debe a la permeabilidad diferencial al agua, sales y urea que tienen las paredes de la nefrona.
La porción inferior del conducto colector es permeable a la urea, desde donde la reabsorben los capilares peritubulares. El asa de Henle y el conducto colector mantienen un gradiente osmótico en el líquido intersticial.
Las paredes de la rama descendente del asa de Henle son permeables al agua, que pasa por ósmosis, mientras que solo pequeñas cantidades de sal se difunden fuera del túbulo.
La rama ascendente del asa de Henle es impermeable al agua, pero muy permeable a los iones de sodio (Na+) y cloruro (Cl-), lo que permite su reabsorción activa. Los iones Cl-, Na+ y las moléculas de urea están muy concentradas en el líquido intersticial.
El líquido que discurre por el asa de Henle se vuelve hipotónico respecto al plasma, y sigue siendo hipotónico durante su paso por el túbulo contorneado distal.
El líquido de las nefronas penetra en el túbulo colector, pasando por la zona de alta concentración de solutos. El líquido pasa a través del riñón, pudiendo resultar en orina diluida o, si se reabsorbe agua, en orina concentrada que es devuelta al torrente sanguíneo.
Regulación de la Concentración de Orina
El organismo controla la concentración de orina mediante las hormonas que regulan la función renal.
El agua se mueve por ósmosis dejando dentro del conducto una orina que es isotónica con el líquido intersticial circundante, pero hipertónica respecto a los líquidos corporales. El organismo es capaz de excretar orina más concentrada que el plasma del que procede.
Expulsión de la Orina (Micción)
La orina pasa de los túbulos colectores a la pelvis renal y al uréter, desde donde llega a la vejiga, gracias a las contracciones musculares. La vejiga recibe la orina a través de goteo continuo. Esta aumenta su tamaño para adaptarse al volumen de orina y, cuando se llena, envía señales nerviosas al cerebro que transmiten la necesidad de orinar. La expulsión está controlada por un esfínter interno, que rodea el cuello de la vejiga.
Otro esfínter, el esfínter externo, situado entre la vejiga y la uretra, se abre y deja fluir la orina. La pared de la vejiga se contrae, creando una presión que permite la salida de la orina. Los esfínteres permanecen cerrados para impedir que la orina refluya hacia los uréteres.
Los riñones son órganos eficaces; realizan su trabajo de forma adecuada, y con un solo riñón se puede vivir sin problemas.
Funcionamiento Simultáneo de los Sistemas en la Nutrición
Mientras la sangre circula por el cuerpo, intercambia sustancias en los diferentes órganos a los que llega. Así, al mismo tiempo se produce el intercambio de O2 y CO2 en los pulmones y se forma orina en los riñones. Mientras tanto, puede comenzar en el estómago la digestión de los alimentos ingeridos, a la vez que se absorben las sustancias de la digestión en el intestino delgado.
Importancia del Funcionamiento Integrado de los Sistemas
Las funciones de todos los sistemas incluyen procesos de intercambio de sustancias por difusión. Muchas estructuras del organismo presentan grandes superficies a través de las cuales se producen fenómenos de difusión, optimizando la eficiencia de estos intercambios vitales.
Consecuencias Celulares de la Contaminación por Monóxido de Carbono
El monóxido de carbono (CO) se une a la hemoglobina de los glóbulos rojos y tiende a hacerlo con enlaces estables, formando carboxihemoglobina. Si la cantidad de monóxido en el aire inspirado es elevada, la hemoglobina deja de transportar oxígeno a las células. Se interrumpe el proceso de respiración celular y esto puede determinar la muerte de la persona.
Consecuencias Celulares al Respirar a Grandes Alturas
Al respirar a grandes alturas, comienza a sentirse cansancio, pueden manifestarse mareos y vómitos. Esto permite comprender el cansancio que sienten los deportistas cuando se trasladan para competir en lugares a gran altura. Si la persona permanece unos días en el lugar, el organismo compensa la falta de O2 disponible en el aire, aumentando la producción de glóbulos rojos (proceso conocido como aclimatación).
Proceso de Formación de la Orina
La formación de orina comprende tres etapas principales:
Filtración Glomerular
La sangre penetra en el glomérulo, y el plasma se filtra a través de las paredes de los capilares. El filtrado glomerular está formado por agua, glucosa, aminoácidos, sales y urea; pero carece de células y proteínas. El volumen total de sangre que pasa a través de los riñones es de unos 1200 ml por minuto.
Reabsorción Tubular
El líquido filtrado pasa por el túbulo contorneado proximal, donde se reabsorben y recuperan la glucosa, aminoácidos, vitaminas y otros nutrientes que regresan a la sangre. La reabsorción continúa a lo largo de los túbulos renales. Como resultado, se forma aproximadamente 1,5 L de orina por día.
Secreción Tubular
A lo largo de los capilares peritubulares, se produce una secreción hacia los túbulos renales, eliminando el exceso de sustancias químicas y desechos. Este proceso de secreción libera al cuerpo de materiales no deseados y controla el pH sanguíneo.
La reabsorción y la secreción ocurren por transporte activo, por lo que el riñón utiliza mucha energía. La capacidad de excretar orina concentrada se debe a la permeabilidad diferencial al agua, sales y urea que tienen las paredes de la nefrona.
La porción inferior del conducto colector es permeable a la urea, desde donde la reabsorben los capilares peritubulares. El asa de Henle y el conducto colector mantienen un gradiente osmótico en el líquido intersticial.
Las paredes de la rama descendente del asa de Henle son permeables al agua, que pasa por ósmosis, mientras que solo pequeñas cantidades de sal se difunden fuera del túbulo.
La rama ascendente del asa de Henle es impermeable al agua, pero muy permeable a los iones de sodio (Na+) y cloruro (Cl-), lo que permite su reabsorción activa. Los iones Cl-, Na+ y las moléculas de urea están muy concentradas en el líquido intersticial.
El líquido que discurre por el asa de Henle se vuelve hipotónico respecto al plasma, y sigue siendo hipotónico durante su paso por el túbulo contorneado distal.
El líquido de las nefronas penetra en el túbulo colector, pasando por la zona de alta concentración de solutos. El líquido pasa a través del riñón, pudiendo resultar en orina diluida o, si se reabsorbe agua, en orina concentrada que es devuelta al torrente sanguíneo.
Regulación de la Concentración de Orina
El organismo controla la concentración de orina mediante las hormonas que regulan la función renal.
El agua se mueve por ósmosis dejando dentro del conducto una orina que es isotónica con el líquido intersticial circundante, pero hipertónica respecto a los líquidos corporales. El organismo es capaz de excretar orina más concentrada que el plasma del que procede.
Expulsión de la Orina (Micción)
La orina pasa de los túbulos colectores a la pelvis renal y al uréter, desde donde llega a la vejiga, gracias a las contracciones musculares. La vejiga recibe la orina a través de goteo continuo. Esta aumenta su tamaño para adaptarse al volumen de orina y, cuando se llena, envía señales nerviosas al cerebro que transmiten la necesidad de orinar. La expulsión está controlada por un esfínter interno, que rodea el cuello de la vejiga.
Otro esfínter, el esfínter externo, situado entre la vejiga y la uretra, se abre y deja fluir la orina. La pared de la vejiga se contrae, creando una presión que permite la salida de la orina. Los esfínteres permanecen cerrados para impedir que la orina refluya hacia los uréteres.
Los riñones son órganos eficaces; realizan su trabajo de forma adecuada, y con un solo riñón se puede vivir sin problemas.
Funcionamiento Simultáneo de los Sistemas en la Nutrición
Mientras la sangre circula por el cuerpo, intercambia sustancias en los diferentes órganos a los que llega. Así, al mismo tiempo se produce el intercambio de O2 y CO2 en los pulmones y se forma orina en los riñones. Mientras tanto, puede comenzar en el estómago la digestión de los alimentos ingeridos, a la vez que se absorben las sustancias de la digestión en el intestino delgado.
Importancia del Funcionamiento Integrado de los Sistemas
Las funciones de todos los sistemas incluyen procesos de intercambio de sustancias por difusión. Muchas estructuras del organismo presentan grandes superficies a través de las cuales se producen fenómenos de difusión, optimizando la eficiencia de estos intercambios vitales.
Consecuencias Celulares de la Contaminación por Monóxido de Carbono
El monóxido de carbono (CO) se une a la hemoglobina de los glóbulos rojos y tiende a hacerlo con enlaces estables, formando carboxihemoglobina. Si la cantidad de monóxido en el aire inspirado es elevada, la hemoglobina deja de transportar oxígeno a las células. Se interrumpe el proceso de respiración celular y esto puede determinar la muerte de la persona.
Consecuencias Celulares al Respirar a Grandes Alturas
Al respirar a grandes alturas, comienza a sentirse cansancio, pueden manifestarse mareos y vómitos. Esto permite comprender el cansancio que sienten los deportistas cuando se trasladan para competir en lugares a gran altura. Si la persona permanece unos días en el lugar, el organismo compensa la falta de O2 disponible en el aire, aumentando la producción de glóbulos rojos (proceso conocido como aclimatación).
Proceso de Formación de la Orina
La formación de orina comprende tres etapas principales:
Filtración Glomerular
La sangre penetra en el glomérulo, y el plasma se filtra a través de las paredes de los capilares. El filtrado glomerular está formado por agua, glucosa, aminoácidos, sales y urea; pero carece de células y proteínas. El volumen total de sangre que pasa a través de los riñones es de unos 1200 ml por minuto.
Reabsorción Tubular
El líquido filtrado pasa por el túbulo contorneado proximal, donde se reabsorben y recuperan la glucosa, aminoácidos, vitaminas y otros nutrientes que regresan a la sangre. La reabsorción continúa a lo largo de los túbulos renales. Como resultado, se forma aproximadamente 1,5 L de orina por día.
Secreción Tubular
A lo largo de los capilares peritubulares, se produce una secreción hacia los túbulos renales, eliminando el exceso de sustancias químicas y desechos. Este proceso de secreción libera al cuerpo de materiales no deseados y controla el pH sanguíneo.
La reabsorción y la secreción ocurren por transporte activo, por lo que el riñón utiliza mucha energía. La capacidad de excretar orina concentrada se debe a la permeabilidad diferencial al agua, sales y urea que tienen las paredes de la nefrona.
La porción inferior del conducto colector es permeable a la urea, desde donde la reabsorben los capilares peritubulares. El asa de Henle y el conducto colector mantienen un gradiente osmótico en el líquido intersticial.
Las paredes de la rama descendente del asa de Henle son permeables al agua, que pasa por ósmosis, mientras que solo pequeñas cantidades de sal se difunden fuera del túbulo.
La rama ascendente del asa de Henle es impermeable al agua, pero muy permeable a los iones de sodio (Na+) y cloruro (Cl-), lo que permite su reabsorción activa. Los iones Cl-, Na+ y las moléculas de urea están muy concentradas en el líquido intersticial.
El líquido que discurre por el asa de Henle se vuelve hipotónico respecto al plasma, y sigue siendo hipotónico durante su paso por el túbulo contorneado distal.
El líquido de las nefronas penetra en el túbulo colector, pasando por la zona de alta concentración de solutos. El líquido pasa a través del riñón, pudiendo resultar en orina diluida o, si se reabsorbe agua, en orina concentrada que es devuelta al torrente sanguíneo.
Regulación de la Concentración de Orina
El organismo controla la concentración de orina mediante las hormonas que regulan la función renal.
El agua se mueve por ósmosis dejando dentro del conducto una orina que es isotónica con el líquido intersticial circundante, pero hipertónica respecto a los líquidos corporales. El organismo es capaz de excretar orina más concentrada que el plasma del que procede.
Expulsión de la Orina (Micción)
La orina pasa de los túbulos colectores a la pelvis renal y al uréter, desde donde llega a la vejiga, gracias a las contracciones musculares. La vejiga recibe la orina a través de goteo continuo. Esta aumenta su tamaño para adaptarse al volumen de orina y, cuando se llena, envía señales nerviosas al cerebro que transmiten la necesidad de orinar. La expulsión está controlada por un esfínter interno, que rodea el cuello de la vejiga.
Otro esfínter, el esfínter externo, situado entre la vejiga y la uretra, se abre y deja fluir la orina. La pared de la vejiga se contrae, creando una presión que permite la salida de la orina. Los esfínteres permanecen cerrados para impedir que la orina refluya hacia los uréteres.
Los riñones son órganos eficaces; realizan su trabajo de forma adecuada, y con un solo riñón se puede vivir sin problemas.
Funcionamiento Simultáneo de los Sistemas en la Nutrición
Mientras la sangre circula por el cuerpo, intercambia sustancias en los diferentes órganos a los que llega. Así, al mismo tiempo se produce el intercambio de O2 y CO2 en los pulmones y se forma orina en los riñones. Mientras tanto, puede comenzar en el estómago la digestión de los alimentos ingeridos, a la vez que se absorben las sustancias de la digestión en el intestino delgado.
Importancia del Funcionamiento Integrado de los Sistemas
Las funciones de todos los sistemas incluyen procesos de intercambio de sustancias por difusión. Muchas estructuras del organismo presentan grandes superficies a través de las cuales se producen fenómenos de difusión, optimizando la eficiencia de estos intercambios vitales.
Consecuencias Celulares de la Contaminación por Monóxido de Carbono
El monóxido de carbono (CO) se une a la hemoglobina de los glóbulos rojos y tiende a hacerlo con enlaces estables, formando carboxihemoglobina. Si la cantidad de monóxido en el aire inspirado es elevada, la hemoglobina deja de transportar oxígeno a las células. Se interrumpe el proceso de respiración celular y esto puede determinar la muerte de la persona.
Consecuencias Celulares al Respirar a Grandes Alturas
Al respirar a grandes alturas, comienza a sentirse cansancio, pueden manifestarse mareos y vómitos. Esto permite comprender el cansancio que sienten los deportistas cuando se trasladan para competir en lugares a gran altura. Si la persona permanece unos días en el lugar, el organismo compensa la falta de O2 disponible en el aire, aumentando la producción de glóbulos rojos (proceso conocido como aclimatación).