Manejo Integral de Heridas: Clasificación, Cuidados y Recuperación Cutánea

Las Heridas y su Tratamiento

Por: ÁNGELA BOSCHa

a Farmacéutica.

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Las heridas son afecciones muy frecuentes que, en ocasiones, pueden implicar gravedad e incluso riesgo para la vida de los pacientes. Es fundamental su correcta limpieza, desinfección y el empleo adecuado de antisépticos, tiras, esparadrapos y apósitos para lograr una rápida cicatrización y la restauración óptima de la superficie cutánea afectada. Las úlceras, por su parte, son heridas que presentan una cicatrización prolongada y requieren cuidados especiales, especialmente en pacientes postrados y ancianos.

Contenido Completo

13018317:4v20n07-13018317fig01.jpg Imagen 1: Representación de una herida y su proceso de curación.

Definición y Mecanismos de Reparación

Las heridas se definen como la rotura de la superficie de la piel, frecuentemente causada por objetos cortantes. La reparación de las lesiones tisulares se lleva a cabo mediante el recambio del tejido dañado. Si la pérdida de tejido es mínima, a menudo es suficiente con aproximar los bordes de la herida; sin embargo, si la pérdida es considerable, el proceso de curación se prolonga significativamente.

Causas Comunes de las Heridas

Las heridas pueden ser resultado de diversos factores, incluyendo cortes, desgarros, quemaduras y aplastamientos de la piel. También pueden originarse por exposición a temperaturas extremas: el calor excesivo desnaturaliza las proteínas, mientras que el enfriamiento por debajo de los cero grados provoca la formación de cristales intracelulares. Otras causas incluyen corrientes eléctricas intensas, agresiones químicas y la interrupción del aporte sanguíneo. Es crucial identificar la causa de la herida para determinar el tratamiento más adecuado y estimar el tiempo de cicatrización. Asimismo, conocer el tiempo transcurrido desde que se produjo la lesión es vital para prevenir complicaciones.

Consideraciones sobre el Origen de las Heridas

Es importante evaluar la posibilidad de que el paciente no revele la verdad sobre el origen de sus heridas. En el caso de niños, debe considerarse la probabilidad de que la lesión haya sido causada en el entorno doméstico y no sea accidental. En otras ocasiones, el paciente oculta la causa de su lesión debido a que esta se produjo en circunstancias que prefiere mantener en secreto, como el desarrollo de actividades ilegales o relaciones personales que no desea desvelar.

Clasificación de las Heridas

Las heridas se clasifican atendiendo a diversos criterios como su extensión, localización, profundidad, gravedad, pronóstico y el agente causal. A continuación, se presenta una de las clasificaciones más habituales:

  • Abiertas: Aquellas que presentan una abertura visible en la piel.
  • Contusas: Lesiones de los tejidos que no implican una solución de continuidad en la piel.
  • Incisas: Producidas por objetos cortantes, caracterizadas por bordes limpios.
  • Penetrantes: Heridas que atraviesan la piel y entran en una cavidad corporal.
  • Punzantes: Causadas por instrumentos punzantes, con una pequeña abertura externa pero gran profundidad.

Heridas Agudas: Origen y Complicaciones

La causa más frecuente de heridas agudas es la incisión quirúrgica. En las intervenciones, las incisiones son lineales y se realizan en condiciones de asepsia, buscando minimizar el traumatismo en los tejidos circundantes. Una vez finalizada la cirugía, se emplean suturas para aproximar los bordes cutáneos, lo que reduce el esfuerzo de reparación de los nuevos tejidos.

Aunque algunas heridas pueden generar complicaciones graves, lo habitual es que, con un tratamiento adecuado, se curen sin dejar secuelas. Sin embargo, un aspecto relevante en las heridas agudas es el estético. Existen heridas que, aunque clínicamente bien cicatrizadas, pueden afectar la apariencia de la persona, impactando negativamente en su calidad de vida. Por ello, es crucial aplicar técnicas de intervención y curación que no solo promuevan la cicatrización, sino también la menor desfiguración posible. Una laceración o erosión facial, por ejemplo, puede resultar en una desfiguración permanente, acarreando problemas psicológicos, familiares, emocionales y laborales para el paciente.

Es importante señalar que un porcentaje de heridas experimenta complicaciones durante el proceso de curación. Entre las más comunes se encuentran la necrosis, dehiscencia de la sutura, hematomas e infecciones. Las infecciones y los hematomas provocan hinchazón y un aumento de la tensión en la herida suturada. Esta tensión, a su vez, reduce el aporte sanguíneo, lo que ralentiza la cicatrización y puede incluso conducir a la muerte celular (necrosis), considerada la complicación más grave de las heridas, independientemente de su origen quirúrgico.

Heridas Menores y Erosiones: Primeros Cuidados

Existen heridas que se limitan a arañazos, rozaduras o cortes superficiales, generalmente causadas por elementos cortantes limpios como cuchillos u hojas de afeitar. En estos casos, es suficiente con secar las gotas de sangre y aplicar una tira adhesiva, preferiblemente de plástico si el corte se encuentra en dedos o manos y se prevé contacto frecuente con agua.

Si la herida superficial es resultado de una caída, puede presentar poco sangrado pero con pérdida de una porción de piel. Este tipo de lesiones requiere una limpieza y desinfección exhaustivas para eliminar cualquier resto de suciedad adherido a los bordes y para prevenir infecciones o reacciones que puedan retrasar la cicatrización. Es crucial tener en cuenta que las heridas producidas por instrumentos de labranza o por caídas en jardines, campos o cuadras conllevan un elevado riesgo de tétanos. En estos casos, se debe consultar al médico para evaluar la necesidad de administrar la vacunación antitetánica.

13018317:4v20n07-13018317fig02.jpg Imagen 2: La gravedad de las quemaduras se incrementa cuando afectan áreas extensas de piel o cuando la lesión es profunda.

Heridas Incisas Profundas: Requieren Atención Médica

A diferencia de las heridas superficiales, que a menudo pueden tratarse sin asistencia médica, las heridas profundas siempre requieren la evaluación y el tratamiento de profesionales facultativos. Algunas caídas y golpes pueden generar heridas incisas de tamaño reducido en la superficie, pero con una profundidad considerable. Las heridas por arma blanca, por ejemplo, suelen presentar una incisión externa pequeña, pero con una gran penetración, lo que las hace extremadamente peligrosas.

Dependiendo del tamaño y la naturaleza de la herida, puede ser necesaria la aplicación de puntos de sutura, siempre después de una desinfección rigurosa de la zona afectada.

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