Epidemiología de los procesos respiratorios en niños
Las enfermedades respiratorias son las más frecuentes en la infancia. Tienen una alta prevalencia en menores de 5 años (6-8 episodios al año), sobre todo en lactantes, debido a su baja inmunidad. Los procesos respiratorios agudos de origen viral son los más comunes. Normalmente son leves, pero pueden ser graves en prematuros y en niños con cardiopatías congénitas (como la bronquiolitis), es decir, cuando existe otra enfermedad de base.
La alta frecuencia de estos episodios intranquiliza a los padres, lo que puede llevar a una administración injustificada e inadecuada de productos farmacéuticos. Por ello, es fundamental la educación sanitaria para evitar el uso innecesario de antibióticos, corticoides, etc.
Etiología de las infecciones respiratorias infantiles
Suele tener una causa infecciosa, pero también pueden deberse a alergias, cuerpos extraños y traumatismos.
Causas infecciosas
Vías respiratorias superiores
Afecciones como la amigdalitis, el resfriado o la adenoiditis (vegetaciones) son causadas por:
- Virus (95%): Principalmente rinovirus, enterovirus, mixovirus, adenovirus y parainfluenza.
- Bacterias: El resto se deben a infecciones bacterianas, como el estreptococo betahemolítico del grupo A (causante, por ejemplo, de la escarlatina).
Vías respiratorias inferiores
- Virus: Virus respiratorio sincitial (VRS), causante de la bronquiolitis, adenovirus y parainfluenza.
- Bacterias: Neumococo, estafilococo y Mycoplasma pneumoniae.
| Microorganismo | Cuadro clínico |
|---|---|
| Virus respiratorio sincitial (VRS) A y B | Bronquiolitis: de octubre a febrero en recién nacidos y lactantes pequeños. Neumonías, bronquitis. |
| Rinovirus | Causa el 50% de todas las IRVA. En lactantes: resfriados, bronquiolitis, neumonía. En escolares: resfriados, crisis asmáticas, neumonía. |
| Adenovirus | Faringoamigdalitis, bronquiolitis, neumonía. |
| Haemophilus influenzae A, B y C | Gripe, neumonía. |
| Parainfluenzavirus (PIV 1-4) | Faringoamigdalitis, bronquiolitis, bronquitis, neumonía. |
| Streptococcus betahemolítico A | Faringoamigdalitis estreptocócica. |
| Streptococcus pneumoniae y Mycoplasma pneumoniae | Neumonía. |
Infecciones de las vías respiratorias superiores
Cursan con inflamación de la mucosa respiratoria de la nariz, faringe y/o laringe, con rinorrea (secreciones a través de la nariz) y/o con tos, acompañado o no de fiebre. La transmisión se produce por gotitas de Flügge (gotas de saliva que se expulsan al toser o estornudar) inhaladas o por contacto con objetos o manos contaminadas.
Las principales son:
- Rinofaringitis (catarro común)
- Adenoiditis
- Faringoamigdalitis aguda
- Laringitis
- Otitis
- Sinusitis
Rinofaringitis aguda (catarro común)
- Síntomas: Secreción nasal (al principio acuosa, volviéndose espesa y verdosa), obstrucción que impide comer y dormir, fiebre (elevada en lactantes), estornudos, dolores musculares, malestar general y tos (primero seca y después productiva). Desaparece en unos 7 días.
- Tratamiento: Es sintomático (tratar solo los síntomas).
- Complicaciones: Son más frecuentes en lactantes e incluyen otitis media aguda, bronquiolitis y neumonía.
Adenoiditis (vegetaciones)
Consiste en la inflamación con hipertrofia de las glándulas adenoides (amígdala faríngea). Es más común en niños porque se encuentran en desarrollo y más inflamadas. La glándula es proporcionalmente más grande en niños que en adultos.
- Clínica: Obstrucción nasal (intermitente o crónica), rinitis persistente, tos seca nocturna, ronquidos, fiebre y voz nasal.
- Tratamiento: Sintomático si es viral o con antibiótico si es bacteriana. El tratamiento quirúrgico (adenoidectomía) está indicado solo en casos de infecciones recurrentes, facies adenoidea (respiración bucal que deforma el paladar y la dentadura) y ronquidos severos.
- Cuidados: Procurar un ambiente húmedo. Antibioterapia solo si es necesaria (educación sanitaria).
- Prevención: Lavado de manos y de objetos.
Faringoamigdalitis aguda
El 70-80% de las faringitis son víricas y se producen a cualquier edad. Las bacterianas son más comunes en niños mayores de 4 años y cursan con exudado blanquecino, a diferencia de la vírica.
- Clínica: Fiebre (elevada si es bacteriana), malestar general, dolor de garganta, tos, adenopatía cervical, enrojecimiento faríngeo y amigdalitis con exudado blanco-amarillento (placas).
- Cuidados: Higiene y aislamiento, dietas blandas o líquidas, gargarismos y facilitar la comunicación no verbal. La educación sanitaria irá enfocada en la administración de antipiréticos/analgésicos y/o antibióticos (amoxicilina o penicilina solo si es bacteriana).
- Complicaciones: Otitis media, sinusitis, fiebre reumática (afectación de articulaciones, pericarditis, piel) y glomerulonefritis, dependiendo del microorganismo causante.
- Tratamiento quirúrgico (amigdalectomía): Se indica en tres situaciones:
- Anginas de gran tamaño que dificultan el paso del aire.
- Episodios graves que causan complicaciones como abscesos de pus o fiebre reumática.
- Episodios tan frecuentes que interfieren con la vida normal del niño (7 o más en el último año, 5 al año en los últimos dos años, o más de 3 al año en los últimos tres años).
Infecciones de las vías respiratorias inferiores
Son procesos que afectan al parénquima pulmonar y/o a las vías respiratorias y que suelen cursar con tos, sibilancias o crepitantes, disnea y fiebre.
Las principales son:
- Bronquiolitis
- Bronquitis aguda
- Neumonía
Bronquiolitis
Es una inflamación de los bronquiolos en niños menores de 2 años, con un pico de incidencia entre los 3 y 6 meses. Ocurre sobre todo en otoño e invierno (de octubre a febrero).
- Causa y transmisión: En el 50% de los casos es causada por el Virus Respiratorio Sincitial (VRS). Se transmite por vías aéreas, fómites (objetos contaminados) y manos de cuidadores.
- Fisiopatología: Se produce una obstrucción inflamatoria de bronquios y bronquiolos. La inflamación del árbol respiratorio destruye el epitelio, generando tapones de moco que comprometen el paso del aire.
- Clínica: Comienza con signos de resfriado común, seguidos de dificultad respiratoria (tiraje intercostal, aleteo nasal), tos sibilante y paroxística, sibilancias y/o crepitantes inspiratorios, hipoxia, rechazo del alimento, vómitos y letargia. Normalmente desaparece en 7-12 días (aunque puede durar hasta 21).
- Tratamiento: Oxigenoterapia en recién nacidos, hidratación y, en algunos casos, broncodilatadores (no se usan de forma sistemática). La humidificación está desaconsejada, ya que sus beneficios son mínimos en comparación con las desventajas (riesgo de otras infecciones, aumento de moco).
- Complicaciones: Sibilancias recurrentes en los meses/años siguientes, atelectasia y fallo respiratorio.
- Grupos de riesgo: Es más grave en prematuros (en sus 2 primeros años), menores de 3 meses, y niños con cardiopatías o inmunodeficiencias. En estos casos se puede usar palivizumab (un anticuerpo monoclonal frente al VRS).
Recomendaciones para el uso de Palivizumab
Se considera recomendable para:
- Niños menores de 2 años que hayan requerido tratamiento para la displasia broncopulmonar durante los últimos 6 meses.
- Menores de 2 años con cardiopatías congénitas hemodinámicamente significativas.
- Prematuros.
Nota: El palivizumab reduce las hospitalizaciones por VRS en pacientes de riesgo, pero no ha demostrado eficacia como tratamiento de la infección ya establecida.
Prevención y medidas hospitalarias
Se debe informar a los padres sobre medidas preventivas como el lavado de manos, limitar las visitas (especialmente en lactantes pequeños y prematuros), evitar el contacto con personas con síntomas respiratorios y evitar el humo del tabaco. En el hospital, los niños con bronquiolitis se aíslan. El personal debe usar bata, guantes y mascarilla desechables. El lavado de manos es la medida más importante para evitar la transmisión nosocomial del VRS.
Neumonía
Es la inflamación aguda del parénquima pulmonar. Suelen ser bacterianas en mayores de 3 años y víricas en menores de 3 años. La principal diferencia es que en la bacteriana los síntomas aparecen bruscamente, mientras que en la vírica es como un resfriado que se va complicando.
- Factores de riesgo: Prematuridad y bajo peso (≤ 2,500 g), infecciones recientes del tracto respiratorio superior, exposición al humo del tabaco, no recibir lactancia materna y enfermedades cardíacas, inmunitarias o neuromusculares.
- Clínica: Tos, taquipnea, aleteo nasal, dificultad respiratoria, tiraje (se marcan las costillas al respirar), crepitantes, fiebre (>38,5ºC), dolor torácico y malestar general.
- Tratamiento: Reposo, aislamiento, tratamiento específico según la causa, antitérmicos si son necesarios y una buena hidratación.
Valoración general del niño con un proceso respiratorio
- Estado general: Evaluar la afectación general.
- Obstrucción nasal: Especialmente importante en recién nacidos, ya que les impide succionar.
- Secreción nasal: Observar si es acuosa, espesa o purulenta.
- Tos: Identificar el tipo: seca, productiva, perruna, coqueluchoide o tos ferina (tos paroxística con sensación de asfixia), crupal (tos metálica que termina con un ronquido inspiratorio).
- Disnea: Valorar frecuencia respiratoria, profundidad, sibilancias, tiraje y ortopnea.
- Cianosis: Observar distribución, grado, duración y si se asocia a la actividad.
- Fiebre: Vigilar por el riesgo de convulsión febril.
- Otros síntomas: Anorexia, diarrea leve y transitoria.
Cuidados de enfermería en procesos respiratorios infantiles
Recomendaciones generales
- Aconsejar mantener al niño en casa, sin acudir a la escuela o guardería.
- Realizar lavados nasales con suero fisiológico para aliviar la congestión y aspirar la nasofaringe, observando las secreciones.
- Fomentar el reposo.
- Humidificar el ambiente sin exceso.
- Considerar el drenaje postural si está indicado.
Control de la fiebre
- Fomentar el consumo de líquidos para mantener una buena hidratación.
- No administrar aspirina a los niños, ya que puede producir el Síndrome de Reye.
- Ofrecer una manta cálida en la fase de escalofríos y ropa ligera en la fase de efervescencia.
- Si un niño tiene fiebre pero está activo y se encuentra bien, no es necesario administrar un antitérmico. Tratar la fiebre no previene las convulsiones febriles.
Educación sanitaria a la familia
- Enseñar a realizar lavados nasales y a aspirar secreciones.
- Explicar cómo controlar la fiebre.
- Subrayar la importancia de la higiene de manos y otras medidas profilácticas.
- Informar sobre los signos y síntomas de la enfermedad y sus posibles complicaciones.
- Insistir en no automedicar y en el uso adecuado de la medicación prescrita.
Medidas higiénicas y profilácticas
- Evitar cambios bruscos de temperatura.
- Fomentar el consumo de frutas y verduras para mejorar las defensas.
- Mantener la casa limpia y sin polvo.
- Lavar las manos frecuentemente con agua y jabón.
- Cubrir la boca con el ángulo interno del codo al toser o estornudar.
- Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca con las manos sucias.
- Usar pañuelos desechables.
- Limpiar y desinfectar objetos de uso común.
- Quedarse en casa si se está enfermo.
Cuándo acudir al profesional sanitario
- Persistencia de fiebre más de 3 días.
- Dificultad para respirar.
- Más de 10 días de mucosidad nasal espesa de color amarillo o verdoso.
- Decaimiento o mal estado general.
- Presencia de fiebre en menores de 2 meses.
- Aparición de manchas de color rojo oscuro en la piel (petequias), que podría ser un signo de meningitis.
- Si hay fiebre y la orina es escasa, signo de deshidratación.
Fomentar el uso adecuado de la medicación
- Antitérmicos (paracetamol o ibuprofeno): Solo ante fiebre >38ºC o si el niño está irritable y con malestar general.
- Antitusígenos: Solo si la tos es tan molesta que no deja dormir al niño. No administrar en menores de 2 años. En mayores de 2 años, usar solo antitusígenos sin codeína. La codeína está prohibida en menores de 12 años por riesgo de intoxicación por morfina, que puede causar depresión respiratoria grave.
- Antibióticos: No son eficaces en el tratamiento del resfriado común y solo deben usarse bajo prescripción médica para infecciones bacterianas.
