Principios de la Herencia y los Genes: El Legado de Mendel

Principios de la Herencia y los Genes

Entre 1856 y 1863, en la misma época en la que Charles Darwin escribía y publicaba su teoría de la evolución, un monje austriaco, de origen checo, llamado Gregor Mendel (1822-1884) realizó una serie de experimentos que le permitieron establecer los principios según los cuales las características que identifican a los organismos se transmiten de los padres a los hijos. Hasta ese momento, era conocido el hecho de que ambos padres, mediante la unión de sus células sexuales, contribuían a las características de sus hijos. Con sus experimentos, Mendel demostró que las características que posee un individuo están determinadas por factores independientes entre sí, que pueden manifestarse de diversos modos. Estos factores, a los que Mendel llamó elementos, son conocidos actualmente con el nombre de genes.

En primer lugar, Mendel realizó una polinización cruzada, esto es, espolvoreó las flores de algunos ejemplares de plantas de arvejas con el polen de otras plantas de la misma especie. Esta generación inicial de plantas, también llamada generación progenitora, dio origen a una primera generación de plantas, todas con flores lilas. A la característica que observó en la primera generación, como el color lila de las flores, la llamó dominante.

Mendel llegó a la conclusión de que la característica recesiva que se expresaba en algunas plantas (el color blanco) no habría surgido de no haber estado presente, de alguna manera, en la generación anterior, aunque estaba integrada por flores lilas. Por lo tanto, para cada característica observable (el color de las flores), un individuo posee, por lo menos, dos factores que la determinan (blanca y lila), que se separan o segregan cuando se forman las células sexuales.

La Herencia

Las diversas especies de seres vivos se distinguen entre sí por una serie de características que las diferencian. Por ejemplo, todos los perros, por pertenecer a la misma especie, se caracterizan por caminar en cuatro patas, ladrar, estar revestidos externamente por pelos, tener una cola y un hocico. Por otra parte, entre los individuos de una misma especie, es posible observar variantes de un rasgo determinado. Todo esto es hereditario.

La información hereditaria está contenida en el núcleo de las células, formando parte de una macromolécula denominada ácido desoxirribonucleico, más conocida como ADN.

Genes y Alelos

El ADN se halla disperso en el interior del núcleo de las células, donde, asociado con proteínas, se organiza en largas hebras que, en conjunto, reciben el nombre de cromatina. Durante la reproducción celular, la cromatina se condensa y experimenta un proceso de enrollamiento que lo hace visible al microscopio, bajo la forma de unos pequeños filamentos denominados cromosomas.

Cada cromosoma es una enorme molécula de ADN con millones de secuencias distintas de unos compuestos denominados nucleótidos. Cada una de estas secuencias recibe el nombre de gen. Para cada característica presente en un individuo hay, al menos, dos variantes del gen, una por cada progenitor. Estas variantes se denominan alelos.

Genotipo y Fenotipo

En un individuo, la forma en que se manifiesta una característica particular está determinada por el modo en que se combinan los alelos para esa característica. Esta combinación, que establece su constitución genética, se denomina genotipo.

Si, en un gen para una característica determinada, los dos alelos son iguales, se dice que el individuo es homocigoto para esa característica. En cambio, si los alelos son diferentes, el individuo es heterocigoto para esa característica.

Por el contrario, un individuo en el cual uno de los alelos para el gen del color de los ojos corresponde al color castaño, mientras el otro corresponde al color verde, es heterocigoto con relación al color de ojos, ya que, en él, los alelos del gen que determina ese rasgo son diferentes. De esto se deduce que un mismo individuo puede ser homocigoto para algunas características y heterocigoto para otras.

El alelo de un gen que determina una característica observable, tanto en individuos que son homocigotos respecto a ella como en individuos que son heterocigotos, se denomina dominante. Por su parte, el alelo que no se manifiesta, aunque está presente, se denomina recesivo.

Una característica observable en un individuo, o bien el conjunto de todas ellas, constituye el fenotipo de ese individuo.

LA HERENCIA Y LOS GENES

Entre 1856 y 1863, en la misma época en la que Charles Darwin escribía y publicaba su teoría de la evolución, un monje austriaco, de origen checo, llamado Gregor Mendel (1822-1884) realizó una serie de experimentos que le permitieron establecer los principios según los cuales las características que identifican a los organismos se transmiten de los padres a los hijos. Hasta ese momento, era conocido el hecho de que ambos padres, mediante la unión de sus células sexuales, contribuían a las características de sus hijos. Con sus experimentos, Mendel demostró que las características que posee un individuo están determinadas por factores independientes entre sí, que pueden manifestarse de diversos modos. Estos factores, a los que Mendel llamó elementos, son conocidos actualmente con el nombre de genes. En primer lugar, Mendel realizó una polinización cruzada, esto es, espolvoreó las flores de algunos ejemplares de plantas de arvejas con el polen de otras plantas de la misma especie. Esta generación inicial de plantas, también llamada generación progenitora, dio origen a una primera generación de plantas, todas las flores lilas. A la característica que observó en la primera generación, como el color lila de las flores, la llamó dominante.

Mendel llegó a la conclusión de que la característica recesiva que se expresaba en algunas plantas (el color blanco) no habría surgido de no haber estado presente, de alguna manera, en la generación anterior, aunque estaba integrada por flores lilas. Por lo tanto, para cada característica observable (el color de las flores), un individuo posee, por lo menos, dos factores que la determinan (blanca y lila), que se separan o segregan cuando se forman las células sexuales.

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