Barreras Externas del Organismo
Barreras Físicas
La piel: Los microorganismos infecciosos solo pueden penetrar en el cuerpo cuando la piel se lesiona o se esquinza (cuando nos hacemos una herida). Por eso es importante limpiar y desinfectar la herida con jabón y una solución yodada.
Barreras Químicas
Hay diferentes partes de nuestro cuerpo donde no hay piel, como por ejemplo, la boca, las fosas nasales, los ojos, el ano, la uretra y la vagina. El revestimiento de estas partes son mucosas que secretan sustancias que eliminan los microorganismos, como la lisozima.
Esta es una sustancia bactericida que se encuentra en la saliva y las lágrimas. En la boca, en la vagina y el intestino hay una flora bacteriana que nos defiende de otras infecciones.
- Sudor: Dificulta la proliferación de microorganismos y es eficaz para la refrigeración de la piel.
- Grasa: Secreción de las glándulas sebáceas de la piel que dificulta la proliferación microbiana.
Barreras Biológicas
Son microorganismos no patógenos, es decir, que no causan enfermedades y dificultan la invasión de agentes patógenos en la piel o las mucosas.
Barreras Internas del Organismo
Si los microorganismos infecciosos logran traspasar la piel o las mucosas, intervienen diversos tipos de glóbulos blancos.
Respuesta Inmunitaria Inespecífica
- Monocitos: Son una clase de glóbulos blancos que pueden salir de los vasos sanguíneos y desplazarse entre las células de los tejidos. Se encargan de fagocitar los agentes patógenos de una manera generalizada; también se les llama fagocitos o macrófagos.
Respuesta Inmunitaria Específica
Linfocitos: Son otro tipo de glóbulos blancos, capaces de reconocer cualquier sustancia o molécula extraña a nuestro cuerpo, llamadas antígenos.
En presencia de un antígeno determinado, como los de los microbios (bacterias y virus), los linfocitos secretan anticuerpos. Cada antígeno tiene su anticuerpo específico.
Cuando el organismo ha entrado en contacto con un antígeno y ha producido los anticuerpos correspondientes, los linfocitos son capaces de convertirse en células que almacenan la información para producir más rápidamente y en mayor cantidad el anticuerpo específico; a esto se le llama memoria inmunológica.
El Sistema Inmunitario
Formado por los órganos donde se producen glóbulos blancos:
- La médula ósea roja: Es donde se forman la mayoría de los glóbulos blancos. Entre estos, los linfocitos, que son las células que producen los anticuerpos, han madurado previamente en el timo, en la misma médula ósea roja y en el hígado.
- En las placas de Peyer del intestino delgado, en el bazo y en los ganglios linfáticos se producen diferentes tipos de linfocitos.
La Inmunidad
La inmunidad es la capacidad de ser invulnerable a una determinada enfermedad infecciosa. Esto se consigue por medio de anticuerpos, los cuales pueden provenir de diferentes lugares.
Inmunidad Activa
Es la capacidad de producir anticuerpos específicos una vez superada una enfermedad infecciosa; a esto se le llama memoria inmunológica.
Activa Natural
Cuando una persona supera una enfermedad infecciosa por un microorganismo determinado, crea anticuerpos naturales y así queda inmune para siempre.
Activa Artificial
Se obtiene a través de la vacunación, y los efectos pueden persistir durante mucho tiempo.
Inmunidad Pasiva
El organismo recibe anticuerpos producidos previamente (el cuerpo no los produce).
Pasiva Natural
Los anticuerpos provienen de la madre a través de la placenta o el calostro de las glándulas mamarias. Hacen efecto durante los primeros tres meses de vida del bebé.
Pasiva Artificial
Se suministra un suero contra una enfermedad determinada, por ejemplo, la inyección antitetánica (anticuerpos contra el tétanos). Hacen efecto temporalmente, siendo eficaz mientras los anticuerpos están en la sangre.
La Vacunación
La vacuna es un preparado con algún antígeno que, inyectado en el cuerpo de una persona, provoca que su sistema inmunitario produzca anticuerpos específicos contra este antígeno. Provoca, por tanto, inmunidad en esa persona (activa y artificial).
Las vacunas están formadas por un antígeno que contiene virus o bacterias debilitados o muertos, que no pueden causar ningún daño ni multiplicarse.
Las vacunas no son un método para tratar las enfermedades infecciosas, sino un método de prevención.
Tratamientos de las Enfermedades Infecciosas
Cada tipo de enfermedad infecciosa requiere un tratamiento diferente.
Infecciones Fúngicas
Se tratan con fungicidas.
Infecciones por Protozoos
Se tratan con sustancias químicas específicas.
Infecciones Virales
Hay que esperar unos días para que el sistema inmunitario produzca anticuerpos específicos para combatir la infección. En algunos casos es necesaria la sueroterapia. En otros, hay que diseñar sustancias químicas específicas, como en el caso del virus del SIDA.
Infecciones Bacterianas
Se tratan con antibióticos.