Fisiología y Patologías del Sistema Respiratorio: Una Visión Completa

Anatomía y Fisiología del Aparato Respiratorio

Fisiología Respiratoria: El Proceso Vital

La fisiología respiratoria se define como el transporte de oxígeno desde el exterior hacia los alvéolos pulmonares y la eliminación del dióxido de carbono (CO₂) desde los alvéolos hacia el exterior, es decir, la respiración. Este proceso fundamental consta de cuatro fases principales:

  1. Ventilación Pulmonar

    Es el movimiento del aire que entra y sale de los pulmones, impulsado por la diferencia de presiones entre el interior y el exterior de estos órganos. Este proceso mecánico se divide en:

    • Inspiración: Es la entrada activa del aire a los pulmones. Se produce cuando la presión pulmonar es menor que la atmosférica. Esto ocurre porque el diafragma y los músculos intercostales se contraen, provocando que el tórax se expanda y se alargue. Las costillas se mueven hacia afuera, aumentando los diámetros anteroposterior y transversal del tórax. A medida que el tamaño del tórax aumenta, la presión dentro de los pulmones disminuye, permitiendo que el aire sea inspirado y el parénquima pulmonar se expanda.
    • Espiración: Durante la espiración, el proceso es generalmente pasivo. Se inicia cuando la presión pulmonar es superior a la atmosférica, lo que provoca la salida del aire al exterior. Este proceso conlleva la relajación de los músculos intercostales y del diafragma.
  2. Intercambio de Gases (Hematosis)

    Se realiza entre el aire alveolar y la sangre venosa de los capilares pulmonares, a través de la delgada membrana alvéolo-capilar. La difusión de los gases se produce de forma pasiva, siguiendo sus presiones parciales. La presión parcial de oxígeno (O₂) es mayor en los alvéolos que en los capilares pulmonares, por lo que el oxígeno pasa con facilidad a los capilares hasta que su presión se iguala a ambos lados de la membrana alvéolo-capilar. De manera inversa, el dióxido de carbono (CO₂) se difunde desde los capilares hacia los alvéolos, donde su presión parcial es menor.

  3. Transporte de Gases en la Sangre

    El 97% del oxígeno se transporta unido a la hemoglobina, formando oxihemoglobina, mientras que el 3% restante va disuelto en el plasma. Una vez realizado el intercambio a nivel de los tejidos, el CO₂ se transporta principalmente en forma de iones bicarbonato, una parte menor se une a la hemoglobina formando carbaminohemoglobina, y otra porción va disuelta en el plasma.

  4. Control de la Respiración

    La respiración está regulada por estímulos químicos que influyen en las concentraciones sanguíneas de CO₂, O₂ y iones de hidrógeno (H⁺). El centro respiratorio, localizado en la protuberancia (puente de Varolio) y el bulbo raquídeo del cerebro, controla las neuronas motoras para que la ventilación se produzca de forma rítmica y coordinada. Este centro se activa principalmente cuando aumenta la presión parcial de CO₂ en la sangre arterial.

Inflamaciones de Vías Respiratorias Altas

Las vías respiratorias altas incluyen la cavidad nasal, la faringe y la laringe. Las inflamaciones en esta zona son comunes y suelen estar asociadas a infecciones o irritantes.

Rinitis

Es la inflamación de la mucosa de la cavidad nasal, manifestándose por picor nasal, secreción nasal acuosa (rinorrea) y estornudos frecuentes. Puede estar acompañada de enrojecimiento de la garganta y ojos llorosos. Las causas suelen ser infecciones víricas, como el resfriado común o la gripe, o también agentes irritantes o alérgenos. El tratamiento dependerá de la causa, pero el reposo y el uso de antihistamínicos y descongestionantes suelen mejorar los síntomas.

Faringitis

Es la inflamación de la faringe, comúnmente conocida como dolor de garganta. Es debida a infecciones víricas o bacterianas; un agente bacteriano muy frecuente es el Streptococcus pyogenes (estreptococo). La clínica se caracteriza por dolor de garganta que se enrojece y dificulta la deglución. El tratamiento suele incluir reposo, fármacos específicos según la causa (antibióticos si es bacteriana) y un aumento en la ingestión de líquidos.

Laringitis

Es el edema (hinchazón) de las cuerdas vocales que produce ronquera y dificultad para hablar (disfonía). Puede ser peligrosa si la inflamación obstruye la glotis, ya que podría provocar asfixia. Las causas pueden ser infecciones, la ingesta excesiva de alcohol, la intubación endotraqueal, el uso o abuso de las cuerdas vocales (como gritar o cantar en exceso), o la inhalación de tóxicos, entre otros. El tratamiento es conservador, principalmente con reposo de la voz.

Inflamaciones de Vías Respiratorias Bajas

Consideramos vías respiratorias bajas a toda la superficie pulmonar, cuya función principal es el intercambio de gases.

Asma

Es una enfermedad obstructiva y difusa de las vías respiratorias que se caracteriza por episodios recurrentes de tos, sibilancias (pitidos al respirar), opresión torácica y dificultad para respirar (disnea). En el asma, los bronquios se inflaman, lo que provoca un aumento del grosor de sus paredes y una disminución de su luz (estrechamiento). A la vez, aumenta la producción de moco y las fibras musculares de los bronquios se contraen con más facilidad (broncoespasmo). Todo esto dificulta el paso del aire y produce los síntomas característicos, que incluyen:

  • Tos: En accesos, que son golpes de tos continuados, suelen ser nocturnos o de madrugada, o también en relación con el ejercicio físico y las emociones.
  • Sibilancias: Son los pitidos que produce el aire al pasar por los bronquios estrechados.
  • Opresión torácica: Sensación de peso o constricción en el pecho.
  • Disnea o fatiga: Dificultad para respirar o sensación de falta de aire.

Agentes Desencadenantes de una Crisis Asmática

Los factores que pueden desencadenar una crisis asmática incluyen:

  • Infecciones respiratorias (víricas o bacterianas)
  • Alérgenos (polen, ácaros del polvo, pelo de animales, etc.)
  • Ejercicio físico intenso
  • Contaminantes ambientales (humo, polución)
  • Cambios bruscos de temperatura
  • Estrés emocional

Tratamiento del Asma

El tratamiento del asma puede ser de dos tipos:

  • Sintomático (de rescate): Para cortar la crisis asmática aguda. Se utilizan medicamentos como broncodilatadores de acción rápida (ej. salbutamol), corticoides sistémicos y, en casos graves, oxigenoterapia o adrenalina.
  • Preventivo (de control): Para evitar la aparición de crisis y controlar la inflamación crónica. Incluye broncodilatadores de acción prolongada, corticoides inhalados, antihistamínicos (en algunos casos de asma alérgica) y otros fármacos. Lo ideal es conocer los factores que inician la crisis y evitar la exposición a dichos factores.

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