Los Órganos de los Sentidos
La capacidad de percibir estímulos y elaborar sensaciones es fundamental para interactuar con nuestro entorno.
- Un estímulo es cualquier cambio en tu entorno que puedes percibir. Se captan a través de miles de estructuras nerviosas llamadas receptores sensoriales, que se activan al detectar estos cambios.
- Los receptores sensoriales se localizan en los órganos de los sentidos: la lengua, la piel, los oídos, las fosas nasales y los ojos. Tradicionalmente, se consideran cinco sentidos: el gusto, el tacto, el oído, el olfato y la vista. A estos se añade el equilibrio, localizado en el oído interno.
- Los receptores envían la información al cerebro, que es el órgano encargado de integrarla y elaborar la sensación correspondiente.
- Las sensaciones son el producto de la interpretación que hace tu cerebro de la información que le llega desde los órganos de los sentidos.
El Tacto
Tu piel cumple muchas funciones para protegerte y comunicarte con el exterior, ya que te proporciona el sentido del tacto, además de ayudarte a regular la temperatura corporal y el equilibrio de ciertas sustancias químicas.
Los problemas de la piel se denominan dermatológicos. Seguramente, uno de los que más preocupan en la adolescencia sea la aparición de “espinillas”. Estas son folículos pilosos taponados con células de piel muerta y sebo seco, que pueden infectarse y formar granos. Para prevenir su aparición, mantén la piel bien limpia.
El Gusto y el Olfato
Algunos hábitos saludables que puedes poner en práctica para cuidar estos sentidos son los siguientes:
- Lávate bien los dientes y la lengua con un cepillo y pasta dentífrica.
- No consumas alimentos que estén muy fríos ni tampoco muy calientes.
- Emplea un pañuelo limpio para sonarte la nariz.
- Mantén las fosas nasales siempre limpias. Los vahos, los lavados y la humidificación del aire ayudarán a despejar la nariz.
- Conviene que respires por la nariz para que el aire se caliente antes de llegar a los pulmones, lo que ayudará a prevenir resfriados.
La Vista
Cada ojo es un globo ocular alojado en la cuenca o cavidad ocular dentro del cráneo. Exteriormente, cuenta con varias estructuras que lo protegen: las cejas, los párpados y las pestañas. El sistema lacrimal, integrado por glándulas y conductos, mantiene húmeda la córnea. Interiormente, el ojo está formado por tres capas principales: la esclerótica, la coroides y la retina.
EscleróticaEs la capa más externa. La parte frontal es transparente, conocida como la córnea, y hacia los lados y el fondo es blanco y opaco. A esta capa se le unen los músculos oculares, que mueven el ojo en todas direcciones. | CoroidesEs la capa intermedia y tiene numerosos vasos sanguíneos que nutren el ojo. En la parte anterior, bajo la córnea, se encuentra el iris, la parte coloreada, con un orificio central, la pupila. Al iris se le unen los músculos que abren y cierran la pupila. | RetinaEs la capa más interna, muy delicada, que tapiza el interior del ojo. Contiene los fotorreceptores que captan la luz y que convergen en el nervio óptico. La zona de la retina donde surge el nervio óptico se llama punto ciego; ahí no hay receptores. |
Puedes percibir los objetos y los colores porque tienes células fotorreceptoras en la retina. Estas son de dos tipos:
- Conos: perciben los colores y se estimulan cuando reciben luz de tres longitudes de onda diferentes (azul, verde y rojo). La información sumada y combinada de estos tres colores nos permite identificar millones de colores distintos. El lugar de la retina con más conos se llama fóvea.
- Bastones: se estimulan con muy poca luz (permiten ver en penumbra), pero no distinguen los colores.
En ocasiones, los ojos no tienen la forma perfectamente redondeada que deberían, lo que causa problemas de visión, ya que los rayos de luz no llegan enfocados a la retina. Si tu globo ocular es alargado, provoca mala visión de lejos (miopía); si es demasiado corto, verás mal de cerca (hipermetropía). El astigmatismo ocurre cuando la córnea o el cristalino tienen una curvatura defectuosa. Puedes corregir estos problemas con gafas o lentes de contacto.
También se operan las cataratas, un problema causado porque el cristalino se vuelve opaco. En estos casos, se elimina el cristalino y se sustituye por una lente.
La Audición
El oído es el órgano que te sirve para oír y mantener el equilibrio. Tiene tres partes:
- Oído externo: formado por la oreja junto con el canal auditivo que le sigue, hasta el tímpano, que es una membrana elástica.
- Oído medio: cámara hueca que contiene los tres huesos más pequeños de tu cuerpo, los osículos o cadena de huesecillos (el martillo, el yunque y el estribo), y se comunica con la faringe mediante la trompa de Eustaquio.
- Oído interno: consiste en una serie de cámaras, canales semicirculares y una estructura en forma de caracol (la cóclea) rellenos de líquido.
El Equilibrio
El sentido del equilibrio reside en el oído interno. Hay dos tipos de equilibrio:
- El equilibrio estático informa sobre los cambios de posición de la cabeza y reside en el utrículo y el sáculo del vestíbulo óseo.
- El equilibrio dinámico informa sobre las rotaciones y los giros y se percibe en los tres canales semicirculares, orientados en tres direcciones del espacio.
Estas estructuras están llenas de un gel, cuyo movimiento es captado por los cilios de las células sensoriales (mecanorreceptores), que lo transmiten en impulsos nerviosos que llegan hasta el encéfalo a través del nervio auditivo.
El oído es una de las partes más sensibles del cuerpo, y uno de sus trastornos más frecuentes es la otitis o inflamación del oído externo o medio por una infección. Un trastorno que afecta al oído interno es el vértigo, que se manifiesta como una sensación de movimiento o giros.
El Aparato Locomotor
¿Qué es el Aparato Locomotor?
- Para efectuar cualquier tipo de movimiento, necesitas un componente rígido y pasivo que actúe como soporte y un componente activo capaz de contraerse y alargarse, unido al primero y responsable de su movilidad. El primer componente es el sistema esquelético y el segundo, el sistema muscular.
- El sistema esquelético lo forman los huesos y las articulaciones que sirven para unirlos. Además de dar soporte al sistema muscular, protege los órganos internos vitales y produce la mayoría de las células sanguíneas.
¿De qué está hecho un Hueso?
- Una gran parte de materia inorgánica: sales de calcio que le dan rigidez. Al desmineralizarse, por ejemplo, si se padece osteoporosis, los huesos pierden rigidez y capacidad de soporte.
- Componentes orgánicos, principalmente fibras de colágeno, que proporcionan flexibilidad.
- Células vivas, nervios y vasos sanguíneos, que permiten el crecimiento, la regeneración y el aumento de grosor de los huesos.
La Organización del Esqueleto
Tu cuerpo tiene 206 huesos organizados en dos grandes grupos:
- El esqueleto axial: que forma el eje central del cuerpo y comprende el cráneo, la columna vertebral, las costillas y el esternón.
- El esqueleto apendicular: que incluye los huesos de las extremidades y las dos cinturas que los unen con el esqueleto axial: la cintura escapular (clavícula y omóplato), que une los brazos y las manos, y la cintura pélvica (cadera y pelvis), que unen las piernas y los pies.
¿Cómo se unen unos Huesos con Otros?
Las estructuras que permiten la unión de los huesos de tu esqueleto se llaman articulaciones. El cordón fibroso y elástico que une los huesos de una articulación recibe el nombre de ligamento.