La fecundación y gestación: procesos y etapas del embarazo

La fecundación: los espermatozoides rodean el óvulo

Los espermatozoides segregan sustancias que preparan las células que lo acompañan. Tras reconocerse ambos gametos, los espermatozoides se unen a la zona pelúcida del óvulo. Para que la unión entre espermatozoide y óvulo se lleve a cabo con éxito, es imprescindible que ambos puedan identificarse, se produce gracias a la presencia, en las membranas de los gametos, de unas proteínas características de cada especie. Cuando el primer espermatozoide atraviesa la membrana del óvulo, los núcleos de los gametos se unen. Se forma entonces el cigoto. Una vez fecundado el óvulo, se rodea de una cubierta que impide la entrada de otros espermatozoides.



La gestación: el proceso de nidación

Tras la fecundación, el cigoto avanza lentamente por la trompa de Falopio. A los 7 días llega al útero y se une al endometrio, cuyas paredes se han engrosado y desarrollado una red de vasos sanguíneos. Este proceso, conocido como nidación, marca el comienzo de la gestación propiamente dicha o embarazo. La gestación, el tiempo comprendido entre la fecundación y el parto, dura 9 meses. El cigoto se convierte en un ser humano formado por billones de células, que darán origen a distintos tejidos.



El desarrollo del embrión y el feto

El embrión, posteriormente feto, se desarrolla en el interior de una membrana llamada amnios, sumergido en líquido amniótico que lo protege de golpes y presiones externas. Al inicio se forma un tapón mucoso que cierra el cuello del útero para protegerlo del exterior.

El embrión se une a través de la placenta, un órgano membranoso que se desarrolla en el segundo mes de gestación. En la placenta hay un intercambio de sustancias entre la madre y el feto. Los nutrientes pasan desde la sangre materna, y las sustancias de desecho producidas por el feto regresan a la sangre de la madre para luego ser eliminadas. El feto se separa de la mucosa y queda unido a la placenta mediante el cordón umbilical.



El proceso del parto

Al mes 8 de embarazo, el feto se coloca con la cabeza hacia abajo preparándose para el parto. El parto se divide en 3 etapas:

1. Dilatación del cuello uterino: dura entre 3 y 12 horas. El cuello uterino se dilata y el miometrio experimenta contracciones que aumentan la intensidad y frecuencia y empujan al feto hacia la vagina. La responsable de estos movimientos es la hormona oxitocina.

2. Expulsión del feto: dura de 30 a 60 minutos. El feto asoma la cabeza en primer lugar, si no sucede así, a veces es necesario extraerlo mediante cesárea. Al salir al exterior, el cordón umbilical se pinza y se corta, la herida cicatriza y se forma el ombligo.

3. Alumbramiento: tras el nacimiento, el útero sufre nuevas contracciones y se expulsan la placenta y el cordón umbilical. 2 días después del parto, las glándulas mamarias producen un líquido nutritivo y rico en anticuerpos llamado calostro. Al tercer día, se segrega leche.



Los tipos de gemelos

Gemelos bivitelinos: proceden de 2 óvulos que fueron fecundados por 2 espermatozoides distintos. Ocurre cuando hubo doble ovulación y pueden ser de distinto sexo.

Gemelos univitelinos: provienen de 1 solo cigoto que se dividió en 2 células que se separaron, dando lugar a cada una de ellas a 1 embrión. Son genéticamente idénticos y, por lo tanto, del mismo sexo.



El aparato reproductor masculino

El aparato reproductor masculino está constituido por los testículos, pene, vías reproductoras y glándulas anejas.

Los testículos son los órganos productores de gametos masculinos. Tienen forma de huevo y están constituidos por túbulos seminíferos, en cuyas paredes se encuentran las células que originan espermatozoides. Están situados fuera de la cavidad abdominal, cubiertos por un repliegue de la piel denominado escroto.

Las vías reproductoras son los conductos que recogen los espermatozoides y los transportan al exterior. Estos conductos son el epidídimo, el conducto deferente y la uretra.

El pene es el órgano copulador masculino, constituido por dos masas esponjosas de un tejido característico (eréctil) denominadas cuerpos cavernosos, situados por encima de la uretra. El glande, recubierto por el prepucio, se ensancha en su parte final.

Las glándulas anejas son las vesículas seminales, la próstata y las glándulas de Cowper. Estas glándulas producen diferentes secreciones que forman parte del semen y facilitan la reproducción.



Los receptores sensoriales y los sentidos

Los receptores sensoriales son los encargados de percibir la información y convertirla en un impulso nervioso. Este impulso es conducido a un centro nervioso superior, donde se origina lo que llamamos sensación.

Existen diferentes tipos de receptores sensoriales:

  • Fotorreceptores: detectan estímulos luminosos y se localizan en los ojos.
  • Mecanorreceptores: son estimulados por cambios mecánicos, como presiones, contactos u ondas sonoras.
  • Quimiorreceptores: responden a cambios químicos, como el gusto y el olfato.
  • Termorreceptores: detectan cambios de temperatura.

El ojo es el órgano donde reside el sentido de la vista. Se trata de una compleja estructura que recibe luz y la hace llegar hasta la zona donde se sitúan los fotorreceptores. Estos transforman los estímulos luminosos en impulsos electrónicos y transmiten la información al nervio óptico, que la llevará hasta el cerebro, donde se producirá su integración e interpretación.

El oído es el órgano sensorial que se aloja en la cavidad de los huesos temporales, localizadas en las sienes. El oído captan dos tipos de estímulos: sonidos y cambios de posición del cuerpo. Está dividido en tres partes: oído externo, oído medio y oído interno.

La piel es un órgano provisto de receptores sensitivos que captan estímulos muy diversos que en conjunto conocemos como tacto. El tacto nos permite percibir distintos tipos de sensaciones, como la forma, el aspecto, la textura, la presión, el calor, el frío y el dolor.

El gusto nos permite detectar las sustancias químicas procedentes de los alimentos que están disueltas en la saliva. Las sensaciones que producen constituyen los sabores. El olfato nos permite detectar moléculas gaseosas que llegan a la nariz. En el interior de las fosas nasales se encuentran las células olfativas, que se agrupan en el bulbo olfativo. La estimulación de las células olfativas produce el olor.

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